La Isla de los Moáis

lunes, 11 de noviembre de 2013
A 3.500 kilómetros de Chile, en el medio del océano Pacífico se encuentra la Isla de Pascua, un fascinante y misterioso territorio que hoy es meca del turismo a nivel mundial por sus gigantes estatuas de piedra, que aún hoy a casi 300 años de la llegada de los primeros colonos holandeses continúan siendo un misterio para la ciencia.
La isla Rapa Nui, como la denominan sus pobladores de origen es un destino relativamente caro, a comparación de otros lugares ubicados en Latinoamérica. Sin embargo, también es una tentación para quienes buscan conocer lugares exóticos, donde la cultura y la historia son los principales atractivos.
Viajar a este lugar desde Comodoro Rivadavia puede costar alrededor de 8.000 mil pesos, ida y vuelta, vía Chile, en uno de los 12 vuelos semanales que llegan a este territorio desde su país -al que fue anexado en 1888- Perú y Tahití.  
La isla tiene una superficie de 164 kilómetros cuadrados y el archipiélago más próximo, Pitcairn, se encuentra a 2.000 kilómetros al este. Su clima es templado y promedia los 18º C bordeado por los hermosos colores del Pacífico, con bellezas naturales únicas que hacen que la estadía allí sea casi paradisíaca.
Su ciudad más importante es Hanga Roa a la cual llegan miles de turistas para copar sus restaurantes, cafés, bares y clubes nocturnos, donde los precios son realmente altos.
Se estima que solo durante 2013 más de 50.000 turísticas visitaron la isla, es decir 10 veces más la población que posee el archipiélago, que en 1995 fue declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO. Los principales visitantes son chilenos, aunque también se registran buenos índices de turistas europeos, de Estados Unidos y Japón.

EL MISTERIO
DE LOS MOAIS
Los Moái son el principal atractivo de la isla. Con 6,5 metros de altura las estatuas generaron diferentes teorías que por el momento no tienen una única explicación científica, sobre cómo fueron talladas y tampoco movilizadas pese a que la cantera donde habrían sido levantadas se ubica hasta unos 18 kilómetros de donde hoy descansan, en el Parque Nacional Rapa Nui, el cual ocupa más del 40 por ciento de la superficie total del archipiélago.
La historia afirma que entre el siglo IV o V los antiguos habitantes de la isla comenzaron a desarrollar la cultura megalítica más avanzada del antiguo mundo polinésico. De esta forma, comenzaron a levantar las estatuas que evocan a sus antepasados y su estirpe central.
Tanto es así que los lugareños aseguran que los Moái no son obra de extraterrestres, ni fueron movilizadas con técnicas de ingeniería superlativas, sino que simplemente se movían por si mismos, guiados por sus propios ancestros.
Las estatuas aún hoy son un misterio, pese a que existen diferentes teorías, y muchas hoy descansan bajo el mar, luego que en la década del 60 un tsunami las arrastrara a las profundidades azules del Pacífico. Esto fue aprovechado por el turismo, que a través de réplicas y siguiendo el curso de la historia creó un arrecife donde hoy se explota el buceo.
El Parque Nacional Rapa Nui es el lugar que protege la mayor cantidad de estos restos arqueológicos monumentales, entre ellos: Moái, plataformas ceremoniales, sitios de arte rupestre y grandes asentamientos prehistóricos. También, bajo protección se encuentra el cráter del Volcán Rano Kau, la mayor reserva existente en la isla de plantas nativas e introducidas por los colonizadores polinésicos.
Dentro del Parque Nacional los sectores de Poike y Maunga Terevaka solo es posible visitarlos a caballo o haciendo trekking; el resto de la Isla se puede recorrer en vehículo 4x4 en caminos que no son pavimentados, bicicleta, caballos, y caminatas. Sin embargo, los operadores ofrecen distintos paquetes turísticos que permiten visitar los sitios por el día completo o medio día, acompañados de guías turísticos que narran parte de la historia y leyendas de esa cultura.
Sin duda, en la isla todo lo arqueológico constituye turismo. De esta forma, las plataformas ceremoniales (Ahu) también son un atractivo, entre ellos el Complejo Arqueológico de Tahai que se ubica en las cercanías de Hanga Roa y está formado por tres Ahu que conforman un conjunto de altares ceremoniales donde se veneraba a los ancestros.
Este exhibe el momento de apogeo de la cultura Rapa Nui, y es uno de los mejores restaurados de la isla de un total de 300, de diferentes dimensiones y técnicas de construcción.

LA PLAYA TAMBIEN
ES UNA OPCION
Además de lo arquitectónico la isla cuenta con otros atractivos. Por ejemplo, desde el Mauna Terevaka, el cerro más alto de la isla que alcanza 509 metros, se puede apreciar los tres vértices de la isla, y en el extremo sur de la cima el volcán Rano Aroi que tuvo actividad unos 2.000 o 3.000 años, creando su lava la mayor parte de la isla.
Pero si lo que se quiere es disfrutar del Pacífico, el mejor lugar es Anakena, una hermosa playa, ubicada a 30 kilómetros de Hanga Roa. Este hermoso sector de arenas blancas, rodeado de palmeras y con una costa de color turquesa está custodiado por siete moáis con sus sombreros restaurados.
La leyenda cuenta que este sitio fue el lugar en que habitaron los reyes y su familia. Por esta razón es el más grande Ahu de este lugar, conocido como Nau Nau. El mismo fue restaurado entre 1978 y 1980 por Sergio Rapu, y allí fue donde se encontró el ojo de coral blanco con pupila de escoria roja que actualmente está en el Museo Antropológico y representa uno de los grandes símbolos de la cultura de este sitio que ofrece una estadía paradisíaca, entre playas azules e historia ancestral.

Fuente: elpatagonico.net

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